Todo es materia prima # 24

¿Trastorno o interés? Rigidez y flexibilidad

Dicen que los planetas se alinearon.
Estoy exhausto.

En esta entrega:
1. Notas de la semana
2. Pérdida y revelación: ¿por qué leer a Raymond Carver?
3. Club de lectura a partir del 12 de marzo
4. Talleres cuatrimestrales comienzan en abril
5. La recomendación del Espectador Inquieto
6. Descargable gratuito y link a entregas anteriores

Justo vengo a mudarme el día de la alineación de todos los planetas. Dicen que es importante. Me gusta pensar que lo es. Han pasado las 9pm y estoy aquí, terminando de redactar esta carta semanal. ¿Será que lo mando mañana sábado?, me pregunté cuando llegé a casa después de mil horas de mover cosas por la ciudad. Es una opción, y la opción me alivia. Pero me divierte la idea de sentarme a escribir en este estado de agotamiento. El agotamiento, como propongo en Pérdida y revelación: ¿por qué leer a Raymond Carver?, puede ser un portal a la revelación.

Esta semana fue reveladora en cuanto a mis dificultades en los procesos creativos compartidos. El sábado pasado hicimos una varieté en Café Artigas para recaudar fondos para ayudar con los incendios de Bolsón. El evento fue indescriptible —nivel: magia. La sala se llenó y los números (clown, teatro, música, lecturas, stand-up) fueron impresionantes. La gente estaba muy contenta y recaudamos más de $500.000 que al día siguiente viajaron a una brigada de Bolsón. Fue emocionante, y, también, sucedió algo que, tejido con otros dos sucesos de días posteriores, devino en un relato posible.

Hay situaciones que en sí tienen un significado, pero que estallan de significado cuando se combinan con otras situaciones.

Lo que sucedió es que la varieté duró como dos horas y media. Si bien yo, como organizador del evento, había pedido a cada artista que actuara un máximo de diez minutos, no lo logramos. La mayoría de los números duró más, algunos números mucho más. Por un momento, digamos un par de minutos, durante la varieté, me enojé. ¿Por qué no cumplieron con su palabra? Por suerte logré que esa suerte de falla organizativa no me obsesionara al punto de impedirme disfrutar de la belleza de lo que estaba sucediendo. Pero me quedé pensando: ¿por qué no pudimos respetar el acuerdo?

Una idea: es difícil que alguien no se pase de los 10 minutos. Es poco tiempo para estar en escena. Más cuando el público está tan receptivo y abierto. Además, fue mi error no considerar el tiempo de armado y desarmado de cada número; y fue mi error (“error” entre comillas) convocar a tantos artistas. Pero aún así, considerando esos otros factores, me quedo con la pregunta: ¿por qué nos costó respetar el acuerdo? ¿Qué pasa con la comunicación?

Unos días después tuvimos un ensayo de una obra que estoy dirigiendo. Una de las compañeras del grupo, conversando sobre lo que había pasado en la varieté, me dijo algo así como que yo, además, tengo ese TOC con el tema de los horarios y la puntualidad —valoro MUCHO la puntualidad y me cuesta MUCHO cuando la gente llega tarde. Le respondí que más bien tengo un TOC con la comunicación. Más que la llegada tarde, me duele que no me avises. Soy un fan de la claridad en la comunicación. Me cuesta mucho cuando no nos comunicamos. A la vez, tengo una tendencia a guardarme las cosas. Las paradojas y complejidades del bicho humano, ¡aquí estoy!

Después me quedé pensando en la idea del TOC. Trastorno obsesivo compulsivo. Si bien el comentario había sido una broma, o, digamos, un comentario amoroso y amigable, me quedé pensando en lo que dice literalmente la idea del TOC. Entonces pensé esto: no es un trastorno, es interés. Intentar practicar claridad en la comunicación no es un trastorno, es interés. Sí. Pero, si me intereso realmente por el fenómeno de la comunicación, tarde o temprano tengo que llegar a reconocer que la comunicación perfecta es imposible. Si no reconozco que la perfección es un ideal, me pongo exigente —exigente en un sentido, digamos, negativo. Obsesivo, neurótico. No tiene sentido.

La semana anterior habíamos cancelado unos ensayos y, en esta reunión, planteé al grupo que no puedo trabajar con tantas cancelaciones. Alguien me pidió flexibilidad y yo respondí algo así como que flexibilidad no es no escuchar mis necesidades. Necesito cierta estabilidad: no puedo sostener el entusiasmo con un proyecto si nunca sé si vamos a ensayar o si el ensayo se cancelará. Una de las personas del grupo contó por qué había cancelado y, al escuchar lo que había detrás, algo en mí se ablandó. Con algo de información, puedo hacer el ejercicio de ponerme en el lugar del otro. Aunque sea un intento, un ejercicio. Porque en el lugar del otro nunca estaré, porque, en el fondo, no hay ningún otro.

Para que haya otredad tiene que haber propiedad. El otro no existe sin el yo. Como el yo es un patrón perceptivo, una ficción, podemos decir que el otro también es una ficción. No es que no exista, es que existe en tanto ficción, construcción, tejido de relatos. El reverso del tejido de relatos que llamamos yo. En el fondo todo es otredad. Como escribió Rimbaud, yo es un otro.

¿Cómo armar diálogo entre el yo (que necesita las cosas de una manera, y está en su derecho) y lo otro (las otras personas, con sus necesidades; los imponderables, con sus propuestas de destino)?

¿Cuál es el punto en que las necesidades personales se vuelven rigidez?

¿Cuál es, en una creación colectiva, el equilibrio entre estructura y flexibilidad?

¿Cómo podemos crear estructuras que contengan y a la vez permitan cierta cintura?

No somos robots. Lamentablemente, no somos robots. En la reunión, hicimos el chiste de que, si nos enfermábamos, podían venir a ensayar los clones. ¿Será esa la solución?

Otra de las personas del grupo propuso que tuviéramos los domingos de backup —si un ensayo se cancela en la semana y no hay otro día posible para juntarnos, que entonces el ensayo se recupere un domingo. Eso me dio una sensación de estabilidad. Una estructura que contempla la falla —falla en un sentido amplio. Una estructura que integra los desplazamientos inevitables de la agenda. Si creamos, en grupo, una estructura que pueda contener las inestabilidades (somos seres vivos, el desequilibrio es parte), entonces la cosa se acomoda.

Unos días después, hablé por teléfono con una amiga. Me contó que está desencantada, sin entusiasmo por la vida. Sentí resistencia —soy el cultor número 1 del entusiasmo y el interés. ¿cómo no voy a sentir resistencia si alguien me dice que no tiene entusiasmo por la vida? No quería interesarme por su desinterés. Me resistí. Hasta que se me cruzó el pensamiento: momento, esto podría ser material para un cuento.

No que necesariamente vaya a escribir un cuento, pero darle a la situación esa posibilidad de ficción, introducir imaginariamente a la situación en un marco de ficción, me permitió abrirme a la novedad de lo que ella me contaba. Como propongo en el artículo que mencioné más arriba sobre Carver, la ficción como forma de abrirnos.

Otra cosa que me permitió abrirme fue hablar, pasar a la escucha más activa; opinar e, incluso, contarle que me generaba resistencia escucharla.

A veces pensamos que escuchar es sólo escuchar, pero muchas veces guardamos silencio y por dentro estamos llenando el relato del otro con opinión propia. Escuchar al otro también es escuchar lo que nos pasa con su otredad. Sólo escuchando lo que me pasaba con su propuesta pude escuchar más a mi amiga. Y lo curioso es que a ella le sirvió más que yo opinara a que me quedara callado, en una supuesta escucha atenta y abierta.

Se nos arman dogmas. A veces decimos que opinar sobre el otro no corresponde, pero a veces corresponde. ¿Por qué no?

El tema da para mucho más, pero están por dar las 10pm y creo que ya es hora de enviar este newsletter. Va a ser mi primera entrega con tan poca revisión. Suelo escribir y re-escribir y repasar cada oración mil veces. Hoy, dadas las circunstancias, confiaré en la línea de planetas y diré: hasta aquí.

Pérdida y revelación: ¿por qué leer a Raymond Carver?

Acabo de publicar un texto precioso que se llama Pérdida y revelación: ¿por qué leer a Raymond Carver? Te invito a leerlo y a sumergirte en la lectura de este autor tan especial:

En marzo leemos a Carver

Para quién 

Para quien quiera recuperar la práctica de leer ficción.
Para fans de leer ficción que quieran analizar qué es lo que pasa al leer un cuento.
Para quien le interese la literatura de Raymond Carver.
Para quien tenga curiosidad por la literatura norteamericana.
Para quien tenga interés en explorar el problema de las relaciones humanas en el arte.
Para quien busque inspiración para escribir y crear ficción.

Propuesta

Leeremos dos cuentos para cada encuentro. En total 8 cuentos. También algún poema. Se propondrán líneas de lectura. Conversaremos y buscaremos crear sentidos colectivamente, valorando los desacuerdos. Porque esta es una literatura que fomenta la ambivalencia y no entrega sus significados servidos en bandeja. Los textos a leer estarán disponibles en PDF. Se compartirá material extra, como artículos críticos y teóricos, tanto de Carver como de otros autores, para potenciar las posibilidades de la lectura. 

Al inscribirte, te mandamos el material de lectura inicial.

Por qué Carver

La literatura de Raymond Carver es a la vez sencilla y compleja. La simpleza de su manera de escribir puede servir como puerta de entrada, tanto para quienes no tienen el hábito de leer ficción, como para quienes sí vienen con más entrenamiento. 

La sobriedad de su prosa, combinada con el pasmo en que se encuentran muchos de sus personajes, nos invita a valorar la ambivalencia de todas las cosas. Carver es preciso en la definición de sus objetos, pero no en la definición de sus significados. Tal vez sea uno de los grandes maestros de lo que solemos llamar “final abierto”. Pero no se trata solo de los finales; en la narrativa-Carver la apertura es una cuestión de principios; es una apertura fundamental, posibilitada, en gran medida, por el efecto de sustracción y limpieza, que deja al lector espacio para construir sus propios sentidos. 

Por eso mismo, se trata de un material muy generoso para la conversación; difícilmente estemos todxs de acuerdo acerca de lo que significa un detalle en un cuento de Carver. ¡Y Carver da mucha atención a los detalles! Su literatura es sensible, en el sentido de: sensorial, o táctil. La atención de su mirada se retira del pensamiento para centrarse en el cuerpo. El cuerpo de los personajes, el cuerpo de las escenas, el cuerpo de las cosas, el cuerpo de las relaciones humanas. Las relaciones humanas como un problema físico: una mirada, un gesto, un silencio, una palabra. 

¿Quién es el otro? ¿Qué sucede cuando el resorte vincular se ha estirado más allá de un punto de no retorno? ¿Quiénes somos cuando hemos gastado todos los recursos con los que contábamos para sostener la forma de lo que nos unía? ¿Qué pasa cuando ese otro tan cercano hace algo tan lejano? ¿Qué hacemos con el pasmo que nos genera esa actitud desconocida? ¿Cómo reaccionamos cuando la persona más íntima se vuelve un extraño? ¿Y cuando el extraño se vuelve íntimo?

¿Por qué, cuando se está muriendo Chejov, Carver desvía su atención a unas flores amarillas que cayeron al piso? ¿Qué es lo importante en sus relatos? Desolación y epifanía, sobriedad y ternura. La intimidad en Carver es a la vez salvaje y poética. Si sus personajes tienen problemas para sostener espacios de intimidad y contacto, los relatos que los contienen nos ofrecen a lxs lectores entrar en contacto íntimo con algo de otro orden, misterioso, inefable.

Dice Carver: "Es posible, en un poema o en un relato corto, escribir sobre cosas y objetos corrientes utilizando un lenguaje corriente pero preciso, y dotar a esas cosas -una silla, la cortina de una ventana, un tenedor, una piedra, el pendiente de una mujer- de un poder inmenso, incluso sorprendente."

Sus relatos tienen ese poder inmenso para hacernos entrar en intimidad con las cosas, con el hecho de que existimos, los animales, la luna, la vida.

Comienza: Miércoles 12 de marzo - 4 encuentros / 8 cuentos
Horario: Miércoles de 18,30 a 20,30 hs
Dónde: Café Artigas - Artigas 1850 CABA
Precio: Entre 35.000 y 55.000 (lo que puedas y quieras en ese rango de precios)

Para quien no pueda presencial, o prefiera, estoy armando también un grupo online.

Talleres cuatrimestrales

Para que te vayas preparando, te cuento que a principios de abril comienzan mis 3 propuestas cuatrimestrales:

  1. Mapas imposibles (taller de lectura y escritura narrativa)

  2. Todo es materia prima (laboratorio de artistas)

  3. El espectador inquieto (cine y filosofía)

Los 3 talleres constarán de 15 encuentros durante el primer cuatrimestre del año. Si te interesa, escirbe-me y pide-me más información.

Las recomendaciones del Espectador Inquieto

Sundown (2021, Michel Franco)

Un experimento perceptivo preciso y contundente. Un juego filoso con el espectador y su (in)capacidad para empatizar con el otro. Tim Roth toma una decisión y no entendemos qué lo motiva. Programáticamente, la cámara se mantendrá lejos y el personaje en silencio. Iremos descubriendo cosas de a poco. Ante lo que parece una mentira, intentaremos no identificarnos con él. Más bien, no podremos hacerlo. 

Durante la primera mitad, pensé en Wakefield, ese cuento famoso de Hawthorne en que un hombre, sin razón aparente, un día se va de su casa sin avisarle a la esposa y, por veinte años, alquila un departamento en la vereda de enfrente, y la observa caminar por la calle, ella sin nunca saber qué le pasó a su marido. El narrador del cuento dice haber leído esa historia en un periódico; se pregunta qué podría motivar a un hombre a hacer algo así. Sundown explora la pregunta por la motivación de nuestros actos y comportamientos. ¿Qué nos lleva a tomar las decisiones que tomamos? ¿Cómo juzgamos a los otros por las decisiones que toman? ¿En qué basamos esos juicios?

La película irá develando capas de información que trastocarán nuestra capacidad de mantener distancia con un personaje que, en principio, nos resulta fácil juzgar. Podríamos leer toda la película como un estudio sobre el problema de la identificación, la empatía y el juicio. Si se quiere, un estudio sobre la otredad. 

Es una de esas películas en las que, en principio, es importante no saber. Me pregunto cómo será verla por segunda vez.

Para ver el archivo con los links a las películas recomendadas, CLICK AQUÍ

“Qué pasa cuando nos interesamos
por lo que nos pasa?

Stanely Cavell

Si este newsletter te aportó algún valor, si te inspiró o dio algo que puedas valorar, ¿te gustaría compartirlo con alguien que también pueda recibir inspiración y herramientas?

Hasta el viernes próximo!
Gracias!!!
Jada 

Reply

or to participate.