Todo es materia prima # 31

El azul de la distancia

Si tuvieras que quedarte con un solo disco para escuchar por el resto de tu vida, ¿cuál elegirías? 

En esta entrega:
1. Las notas de la semana
2. Las lecciones del Catedral
3. Próxima masterclass gratuita
4. La recomendación del Espectador Inquieto
5. Entregas anteriores y descargable gratuito

Joni Mitchell

1

Hace dos entregas les conté que estaba fascinado con un tema de Joan Baez. Hoy quiero contarles que estoy, hace semanas, escuchando sin parar un album entero de Joni Mitchell. Tal vez, el más conocido: Blue, de 1971.

Conocí el álbum hace muchos años y ya me había fanatizado, pero no a este nivel. Entro en cada tema como si fuera por primera vez. Presto atención a la relación entre las melodías, las armonías, el timbre de la voz y las letras.

Leo la letra del último tema, The last time I saw Richard (La última vez que vi a Richard). Como muchas otras veces en que me sumerjo en una obra de arte, accedo a un llanto que no es sólo mío —un llanto que alguna vez llamé llanto transpersonal. Es un llanto que no tiene solo (tanto) que ver con mis mundos personales, mis emociones privadas. Un llanto que responde al misterio de la historia humana.

Dos momentos de conmoción:

1. La rima entre “¿cuándo vas a volver a pisar sobre tus pies?” (feet) y “oh el amor puede ser tan dulce” (sweet). La rima nos hace relacionar cosas. La música conecta lo diferente. Los pies y la dulzura, el amor y la tierra. La rima era (y es) una forma de recordar. Las historias son música. En castellano, pies no rima con dulce. Cada idioma nos permite relacionar diferentes cosas. Como decía Borges, traducir música es imposible. La conmoción que nos produce la música puede no tener palabras.

2. El último verso, en el que explica que eso que pasó con Richard fue “solo una fase, esos días de cafeterías oscuras”. Ahí, no sé por qué, entro de lleno en la ola del llanto. Como decía antes, no parece ser un llanto que surja del interior de mi historia personal (no tiene que ver con empatizar con una historia ajena y relacionar esa historia con la mía propia, algún dolor trabado), parece más bien un llanto-ola que viene levantándose desde el fondo del origen de la experiencia humana, una vibración arquetípica con la que podemos sintonizar, sobre todo, gracias al arte.

Jugamos un juego: si tuvieras que quedarte con un solo disco para escuchar por el resto de tu vida, ¿cuál elegirías? Digo Blue porque es el que está sonando, pero no estoy tan seguro. Tiene algo desgarrador, pero a la vez es musicalmente impresionante.

Blue significa azul, pero también triste, o melancólico. Feeling blue (literalmente, sentirse azul) es una expresión vieja, no sabemos de dónde viene (según Rebecca Solnit, el primer uso registrado del término data de 1555); hay quien la asocia con el color azulado del rostro de una persona enferma; parece que algunos barcos, cuando sufrían la pérdida de algún tripulante, izaban una bandera azul.

En Una guía sobre el arte de perderse, Rebecca Solnit habla del azul de la distancia. Por un fenómeno atmosférico, las cosas de lejos se ven azuladas. Las montañas, del otro lado del lago, tienen un tinte blue.

¿Vendrá de ahí?

La melancolía como la reacción a una distancia. Algo nos ha quedado lejos. En fotografía, el azul es el color más frío.

Tendemos a juzgar el frío.

—Sos frío —le decimos a alguien cuando no nos da el cariño que esperamos.

Como en un cuento de Jack London, el frío puede matarnos. Pero también puede devolvernos a la poesía. Para crear arte, necesitamos cierta frialdad —cierta distancia. Cierto azul.

El blues surgió en comunidades afroamericanas del sur de Estados Unidos que vivían en condiciones muy difíciles después de los tiempos de la esclavitud. Los pasos cortos del baile de la samba eran los pasos de pies de esclavos encadenados. Sin tanto miedo a generalizar, pienso que la música negra es un notable ejemplo de la capacidad del arte para la resiliencia y la transformación.

“El mundo es azul en sus extremos y en sus profundidades. Ese azul es la luz que se ha perdido.”

Rebecca Solnit

2

Bariloche. Dead end. Me ladran los perros y me siento mal. Vuelvo sobre mis pasos y pienso que, tal vez, los perros me ladraban para indicarme que el camino no era por ahí. Callejón sin salida.

Me gusta esa idea de que las personas celíacas tienen cuerpos más inteligentes que dicen: de ninguna manera vamos a comer gluten. La reacción también puede ser una señal. Un cuidado, una bendición. No estoy obligado a sentirme rechazado por unos perros que ladran, están solo haciendo su trabajo.

Ladrar. El rechazo puede ser un llamado a la pausa, a la retirada o a la reflexión. Calle sin salida, no era por ahí.

Aprender a procesar el rechazo tal vez sea de las cosas más importantes que un ser humano (y un artista) tenga por hacer.

¿Cómo te va con el rechazo?

¿Ya procesaste algún rechazo en forma de obra de arte?

3

Estos días, tal vez por estar “de viaje”, me descubrí temiendo no aprovechar el tiempo. Por querer aprovechar el tiempo, no lo aprovecho. Pero el tiempo me aprovecha. Aunque yo no se dé cuenta, la vida me saca jugo.

Ayer subí al cerro Catedral (por eso no llegué a mandar esta entrega en su día viernes) y por un buen rato, al inicio del recorrido, temí frustrarme y pasarla mal. Quería caminar por un bosque, pero solo veía arbustos bajos y el sol del mediodía en la cabeza.

Publiqué un relato/artículo en mi blog contando de esta experiencia, por si te interesa leerlo:

Próxima MASTERCLASS GRATUITA

El sábado 3 de mayo daré la próxima masterclass gratuita, llamada “Todo es materia prima (no quiero una vida sin dificultades)” La clase es para artistas que:
1. quieren dar más espacio y seriedad a su arte.
2. quieren poder tomar decisiones sobre sus proyectos.
3. quieren organizar sus proyectos artísticos y no saben cómo.
4. quieren encontrar maneras más creativas de dialogar con sus dificultades. 
5. quieren aprender a dialogar con sus bloqueos.
6. quieren detectar con más precisión cuáles son sus trabas creativas.

Para inscribirte, CLICK AQUÍ

Las recomendaciones del Espectador Inquieto

Una guía sobre el arte de perderse (Rebecca Solnitt)

Este es un libro fascinante. Desde distintos niveles y perspectivas, nos perdemos en la noción de pérdida. Podemos perdernos en el desierto, pero también podemos perder a alguien, o algo. Como más arriba hablaba del rechazo, acá hablo de la pérdida. Tal vez aprender a perder sea uno de nuestros grandes aprendizajes.

“El blues expresaba una especie de exilio interior perpetuo experimentado por gente que no podía regresar y, aunque muchas canciones de blues hablan sobre la experiencia de abandonar el sur, carecen de ese anhelo por los lugares abandonados que posee la música country blanca. En este sentido, hasta la nostalgia y la añoranza del hogar son privilegios que no están al alcance de todo el mundo.”

*

Para ver el archivo con los links a las películas recomendadas, CLICK AQUÍ

¿Qué pasa cuando nos interesamos
por lo que nos pasa?

Stanely Cavell

Si este newsletter te aportó algún valor, si te inspiró o dio algo que puedas valorar, ¿te gustaría compartirlo con alguien que también pueda recibir inspiración y herramientas?

Hasta el viernes próximo!
Gracias!!!
Jada 

Reply

or to participate.