Todo es materia prima # 58

La ficción que agota, se agota

¿Y si no supiera, tanto, lo que las cosas significan?

En esta entrega:
1. Notas de la semana
2. Masterclass gratuita el jueves
3. El Espectador Inquieto recomienda

El otro día me encontré con mi amigo Nuk. Hicimos oficina juntos, conversamos, nos fuimos a buscar comida china; como veníamos hablando mucho y nuestros cerebros se habían excitado demasiado, Nuk propuso caminar en silencio. Casi llegando al local de comida china, se me cruzó la frase:

—Quiero ser diferente.

La dije en voz alta y Nuk me dijo:

—Acordate para después.

Entramos al local.

Después volvimos sobre esa idea.

—¿Qué es eso de ser diferente? 

—Quiero tomarme las cosas de otra manera —dije.

Qué agotador no vivir maravillado; es decir, qué agotador estar tan encerrado en las ficciones con que mi cerebro propone organizar el desconcierto de lo real. ¿Y si no supiera, tanto, lo que las cosas significan?

Hace unos días me dieron una noticia negativa. Caminé por la calle, descargando gritos—o descargando mitos, viejas ficciones, viejos mapas que insisten sobre cómo debemos tomarnos las cosas. Si bien sabía que estaba reaccionando, no lo podía evitar, así que no intenté evitarlo, y me dejé, supongo, atravesar por la tormenta.

Como si supiera que, tarde o temprano, la reacción emocional completaría su ciclo y dejaría, así, lugar para otra cosa. Lo nuevo, el desconcierto, la vida insospechada. Como si, para entrar a la vida, necesitáramos una visa, una visa para la vida, un permiso para vivir, atravesar la oficina de migraciones, o de migrañas, en la que nos encontramos con esas viejas reacciones oxidadas, no del todo nuestras.

Después de un rato, mi sistema fue relajándose y pude ver, o intuir, que la reacción no había sido tan solo mía, y que tal vez, en mi cuerpo, habían reaccionado, también, otras vidas, otras historias, miles de vidas y miles de historias que vivieron, alguna vez, y muchas veces, una situación similar.

No sabemos tanto lo que las cosas significan. No sabemos qué otros nos habitan y usan nuestro cuerpo para reaccionar. Para gritar un grito viejo, pero no del todo ajeno.

Hoy en mi taller de escritura “Mapas imposible” vimos cómo un acontecimiento puede cambiar, o al menos poner en suspenso, el modo en que un personaje procesa (escribe) la experiencia. De pronto, algo nos desconcierta y perdemos, momentáneamente, la capacidad de hilar. Las oraciones se interrumpen, el fraseo (la música) de nuestro pensar se angosta, se acorta, se fracciona, se fragmenta.

A veces
transformarnos es
hablar diferente
movernos diferente
ensayar otras coreografías.

Torpeza y tropezón—malentendido.

¿Qué es cambiar?

Hace unos días fue el cumpleaños de Tilda Swinton y alguien compartió una conversación en la que ella participó hace dos años en el festival de cine SXSW. En un momento de la charla, cuando le preguntan por la forma en que, como actriz, se acerca a los personajes, Tilda responde que no le interesa tanto el personaje y que no cree tanto en la identidad

La vida es demasiado interesante como para fijarnos en un “soy esto”. A mí lo que me interesa, dice Tilda, es el proceso de transformación—esos momentos en las vidas de las personas en que algo contundente las invita, o las fuerza, nos fuerza, a cambiar.

El fenómeno del cambio.

La idea de “construir personajes” puede llevarnos a creer que las personas somos como edificios. Hasta los edificios se mueven—si no lo hicieran, se quebrarían.

En las zonas del mundo donde tiembla, los edificios están preparados. 

Hasta los edificios se mueven.

—¿Por qué decís que te gustaría tomarte las cosas de otra manera? —me podría haber preguntado Nuk. Tal vez me lo preguntó, no recuerdo.

—Porque tomarme las cosas siempre del mismo modo es agotador —habría respondido, o respondí, yo.

—Tal vez todo se trate de reconocer que estamos cambiando todo el tiempo —algo así dijo Tilda, como parte de la misma conversación, toda la humanidad caminando por las calles de Buenos Aires, en busca de un chao fan con camarón.

Qué agotador vivir con el resentimiento producido por la discrepancia entre como YO quiero que sean las cosas, y cómo las cosas se presentan, ellas, a sí mismas, como con su música singular. Así, como el mundo y su canción.

Entre los intentos que hacemos por dar cuenta de la experiencia, y la experiencia en sí, que se escapa de nuestros intentos de agarrarla, se abre el campo de juego del artista de ficción. La narración, como arte, nace y se despliega en ese malentendido, esa chispa que se produce entre el mundo y su relato. Todo buen escritor, decía Declan Donnellan, sabe que las palabras funcionan mal.

Ese mal-funcionar del lenguaje es el campo de juego del artista.

¿Podemos narrar sin reducir?
¿Cuál es la diferencia entre identificarnos y empatizar?
¿Podemos narrar sin generar antagonismo?

Estas son algunas de las preguntas que abriremos en la MASTERCLASS GRATUITA del jueves que viene, 13 de noviembre. La masterclass es la antesala o puerta de entrada a un taller de 5 encuentros que empieza el 20 de noviembre, en donde lxs participantes podrán investigar y desplegar sus propias obras. En la masterclass nos meteremos con el problema del antagonismo y cómo el arte de la ficción puede desmantelar antagonismos y permitirnos abrazar la complejidad hermosa que somos.

Para más info y para inscribirte (NO TE LA PIERDAS!!!), CLICK AQUÍ

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El Espectador Inquieto recomienda

Y hablando de resentimiento y desconcierto, quiero volver a recomendar una película ya recomendada en este newsletter, que es Mass (Fran Kranz, 2021), e invitarte a escuchar el último episodio de mi podcast El Espectador Inquieto, recién publicado, donde hablo de la película.

La película es una buena preparación para lo que estudiaremos en la masterclass del jueves, porque se trata de una ficción en que el antagonismo entre unos personajes y otros es puesto sobre la mesa para disección, una narrativa poderosa que abre la pregunta sobre el perdón y la reconciliación en una situación extrema, revelando cómo el antagonismo se apoya en una fijación de posiciones y una eliminación de la sutileza, los matices y la ambigüedad.

Para ver el archivo con los links a las películas recomendadas, CLICK AQUÍ

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